Los ismos
Romanticismo— (Siglo XIX) Supone una actitud especial frente a
la vida: una violenta exaltación de la propia personalidad del escritor o
individuo. Al nombre del individualismo
se proclama la libertad literaria. Sus
temas incluyen: la intimidad del poeta, los motivos exóticos, lo lejano, lo
nacional, lo metafísico. Los autores más
conocidos incluyen a: Byron, Victor Hugo, Espronceda, Manuel E. De Gorostiza y
Domingo Faustino Sarmiento.
El realismo— (Siglo XIX) Este movimiento literario representa
una reacción contra el Romanticismo.
Evita los excesos de la fantasía romántica. Sus obras exaltan la razón sobre el
sentimiento y en general son más pulidas y pensadas. Los autores analizan de forma más
detallada. Observan la realidad. Los autores más conocidos incluyen a: Pérez
Galdós y Campoamor.,
El naturalismo— (Siglo XIX) También es un movimiento literario
que reacciona contra el Romanticismo. En
este caso la observación de la realidad se concentra en todo “lo feo”. Los autores acentúan los aspectos más desagradables
de la realidad. Profundizan lo material
y excluyen lo espiritual. Su
determinismo filosófico tiene como meta la mejoría social. Los autores más conocidos incluyen a: Zola,
Maupasant, Blasco Ibáñez, y Ricardo Palma.
Modernismo— (Fines del Siglo XIX) Aparece a fines del siglo
XIX en las Américas. En general, sus
autores profundizan lo individual. La
orientación poética del movimiento se aleja de los problemas ideológicos y
políticos que típicamente animan la producción prosística. Para el poeta modernista, el arte debe ser
refinado, complejo y orientado hacia la sensación. La temática poética debe alejarse de la
realidad cotidiana y enfatizar con frecuencia lo exótico, lo sensual y lo
artificial. Hay cierta valoración por la
cultura japonesa. Los autores más
conocidos incluyen a: Darío, J.R. Jiménez, Unamuno, Martínez Ruiz, y Ortega y
Gasset.
Simbolismo— (Siglo XX)
Este movimiento literario continúa la tradición clásica de sistematizar
la versificación poética. Se concentra
frecuentemente en temas extraños y resalta el valor poético del símbolo. Su expresión frecuentemente es
rebuscada. Los autores más conocidos
incluyen a: Baudelaire, Verlaine y Mallarmé.
El futurismo— (principios del Siglo XX) Un movimiento artístico y literario fundado
en Italia que se basa en la expresión del dinamismo de la vida moderna. Exalta
el mundo moderno: la fuerza, la
velocidad, las máquinas industriales e, incluso, la guerra. Rechaza el
academicismo literario anterior y la moral tradicional. Su primer manifiesto apareció en Le Figaro
el 20 de febrero de 1909. El fundador del movimiento fue Marinetti y sus
principales representantes fueron Buzzi, Palazzeschi, Govoni, Folgore, Papini y
Pratella. En España, Gerardo Diego y
Antonio Espina siguieron de manera parcial los preceptos del futurismo.
El ultraísmo— (segunda década del Siglo XX) Movimiento poético español que compartía
mucho con los otros grupos de la vanguardia europea, especialmente el futurismo
y dadaísmo. Bajo el patrocinio de Rafael
Cansinos-Assens y Guillermo de Torre, su principal teórico, intentaron recoger
y unificar todas las tendencias de la vanguardia mundial, rehabilitar el poema,
dando primacía a la imagen y la metáfora, para abolir en él el confesionalismo,
la anécdota, el tema narrativo, la efusión sentimental. En Hispanoamérica sus representantes más
destacados fueron el primer Jorge Luis Borges, González Lanuza, Norah Lange, F.
Piñero y R. Ortelli.
El cubismo—Este movimiento artístico se limita mayormente a
una expresión plástica, aunque sus ideas y visión del mundo influyeron mucho en
las otras vanguardias literarias. Este
movimiento artístico favorece la ruptura con las técnicas tradicionales de
representación. Se inspira en la obra de
P. Cézanne y de los posimpresionistas y en el estudio del arte negro. Su
objetivo era captar la esencia de los objetos, disociados de su realidad
temporal, y crear un arte nuevo, dirigido a la inteligencia, sin la
seducción de las impresiones físicas.
Los artistas cubistas, al introducir una visión tridimensional del
espacio, representaban de forma simultánea varios aspectos de un mismo objeto
visto desde todos sus ángulos. Los
representantes más destacados fueron Picasso, Léger Gris y Duchamp. Un importante representante teórico del
cubismo fue G. Apollinaire.
El dadaísmo— (principios del Siglo XX) El movimiento
literario dadaísta adopta una postura literaria que quiere destruir la
sociedad, la cultura y el arte tradicionales para redescubrir la auténtica
realidad. Tres de sus grandes fundadores,
Tzara, Harp y Duchamp, intentaron descontextualizar el valor de los objetos al
atribuir nuevas y novedosas conotaciones literarias e interartísticas. Su inconformismo se concreta en acciones
encaminadas a la provocación y el escándalo; se oponen al orden y a la belleza
y defienden a ultranza la libertad y la espontaneidad del artista. Al desaparecer, muchos de sus miembros
formaron parte del movimiento surrealista.
El creacionismo— Doctrina poética concebida por Vicente Huidobro
que proclama la total autonomía del poema, el cual ha de reflejar la naturaleza
en su constitución orgánica y no en sus apariencias, así como la autonomía de
la creación artística frente a la realidad cósmica.
El expresionismo— (el primer cuarto del s. XX) Este movimiento estético, que floreció en
Europa, en especial en el área alemana, se caracteriza por la expresividad
anímica y subjetiva del arte, como reacción frente a la sensorialidad del
impresionismo y el positivismo de fines del s. XIX. Halla su dominio de
expresión en las lenguas germánicas y su mejor vehículo en la poesía, la cual
permite al escritor expresar una visión subjetiva del mundo. Destacan dentro de
esta corriente las obras poéticas de Trakl, Werfel, Benn, Heym y Rilke, y las
obras narrativas de Benn, Döblin y H. Mann.
El existencialismo—Este movimiento literario comparte la filosofía de que la existencia no consiste en simplemente la
mera actualidad de cosas sino aquello que representa la simple existencia del ser. La
existencia del ser se basa en la esencia misma del individuo. El hombre, o la humanidad, no es simplemente
la especia humana en el planeta, sino la definición del hombre o de la
humanidad surge de la absoluta singularidad de cada individuo. Destacan dentro de esta corriente las obras
de Pascal, Kierkegaard, Dostoievski, Nietzsche y Miguel de Unamuno.